Entre las infecciones que pueden presentarse en los miembros inferiores predomina la erisipela. Sin embargo en algunas raras excepciones, pueden apareces otros cuadros infecciosos de extrema gravedad por lo que es importante tenerlos en cuenta, y conocer los síntomas y signos de estos cuadros a fin de poder realizar el diagnóstico diferencial con la erisipela y de ese modo encarar inmediatamente el tratamiento adecuado.
ERISIPELA
Es la más frecuente de las infecciones en los miembros inferiores y el germen que lo provoca es en el 95% el estreptococo (sobre todo los del Grupo A) y en el 5% el estafilococo (sobre todo el Aureus).
Es más frecuente en mujeres maduras y está frecuentemente asociado al síndrome postrombótico y al edema linfático agravando su curso.
Puede complicarse avanzando en extensión y profundidad produciendo celulitis, absceso subcutáneo y fascitis necrotizante, sobre todo en personas con defensas bajas.
Entre las causas predisponentes tenemos a la diabetes, alcoholismo, obesos, gerontes, enfermedades inmunodeficientes como el SIDA.
Se desconoce muchas veces el lugar de ingreso al organismo del germen, aunque frecuentemente lo hace por las zonas interdigitales, maceradas por infecciones o micosis, también por microulceraciones o escoriaciones por rascado, una úlcera de piernas o una micosis.
La infección se caracteriza por la penetración, crecimiento y multiplicación de las bacterias cuyo curso pasa por tres etapas:
- Fase de virulencia, que es séptica y provocada por bacterias.
- Fase inflamatoria, que es aséptica y producida por las toxinas liberadas por las bacterias.
- Fase de resistencia, promovida por el organismo a través de sus mecanismos de defensa. Cuanto mayor es la resistencia orgánica menor será la virulencia de estas bacterias tanto en las erisipelas por estreptococos como por estafilococos.
Las exotoxinas de los estreptococos (estreptolisina y estreptoleucocidina) son las más agresivas en relación a las toxinas de los estafilococos. Estas enzimas están formadas por hialurodinasa y estreptoquinasa que provocan la licuación del gel intersticial facilitando la difusión de las sustancias por el espacio intersticial. En cambio los estafilococos liberan la estafilocoagulasa, que coagulan los capilares linfáticos que tienen la capacidad de absorber las proteínas y sustancias de alto peso molecular que están en el espacio intersticial, por lo que ocasionará un aprisionamiento de las toxinas, dificultando su difusión. La incapacidad parcial en la reabsorción del líquido intersticial iniciará la formación del linfedema inflamatorio por linfagitis.
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