PRESIÓN ENDOVENOSA
Es la presión que ejerce la sangre
sobre las paredes de las venas, estas sufren continuas variaciones de escasa
intensidad, las que son normalmente amortiguadas o absorbidas por la
elasticidad de la pared venosa.
Las válvulas venosas, cuando son
continentes, son barreras fisiológicas que impiden que los aumentos de
tensiones endovenosas importantes,
originados por la acción de la prensa
abdominal y los músculos de la pantorrilla, se transmitan libremente en dirección
centrífuga.
Se diferencian dos clases de ondas
hipertensivas:
- Las ondas hipertensivas “largas”, son originadas por la contracción de los músculos abdominales, lo que provoca un aumento brusco de la presión endovenosa (tos, defecación, risa)
- Las ondas hipertensivas “cortas”, son originadas en la marcha, por la contracción de los músculos de la pantorrilla, ubicados en la casi hermética celda que le forma especialmente la aponeurosis de envoltura.
En las várices primarias de los
miembros inferiores, las válvulas insuficientes dejan de actuar como mecanismo
de contención, ocasionando el reflujo, es decir el movimiento de la columna
líquida en dirección inversa al flujo, llevando al aumento de la presión
venosa.
Ocurren alteraciones inflamatorias
crónicas después de periodos prolongados de hipertensión venosa en la
microcirculación. El probable evento inicial sería la extravasación de macromoléculas
como el fibrinógeno y alfa2 macroglobulina, y también hematíes, que funcionan
como primera señal para el inicio de la reacción inflamatoria.
VÁRICES
La várice es una degeneración evolutiva
de la vena, caracterizada por una dilatación permanente del vaso asociada a
elongamiento, avalvulación funcional u orgánica, y una lesión irreversible del
endotelio parietal.
Las várices primarias o esenciales
aparecen por debilidad de la pared venosa, originada por alteración de las
fibras colágenas que la integran. En los últimos años se ha demostrado la
importancia de los proteoglicanos en la firmeza de la pared venosa. Las varices
están relacionadas a un debilitamiento del tejido conjuntivo que se conoce como
mesenquimopatía.
Estos cambios en la estructura de la
pared venosa llevan a un aumento de distensibilidad de la misma, lo que provoca
insuficiencia relativa del aparato valvular. Al aumentar la presión
intravascular por estasis en el sistema venoso superficial dilatado aparecen
los reflujos, se forman las venectasias y las várices. Cuando la bomba
musculoarticular se vuelve insuficiente para realizar correctamente el retorno
venoso y aparece daño en la microcirculación, se instala el cuadro de
insuficiencia venosa crónica. La secuencia de hechos sería que una válvula
venosa fracasa y crea una alta presión que se transmite entre el sistema venoso
profundo y el sistema venoso superficial. La alta presión en el sistema venoso
superficial causa dilatación localizada de venas que conduce a un fallo
secuencial de otras válvulas cercanas del sistema venoso superficial. Después
que una serie de válvulas han fracasado, las venas implicadas no son capaces de
direccionar el flujo sanguíneo de forma fisiológica (hacia el corazón y hacia
el sistema venoso profundo). Sin válvulas funcionantes, la sangre fluye en
dirección del gradiente de presión, es decir, hacia abajo y hacia el sistema
venoso superficial.
Como cada vez más válvulas fracasan
bajo la tensión, la alta tensión se transmite a una ensanchada red de venas
superficiales dilatadas en un fenómeno de “reclutamiento”. Con el tiempo, gran
número de venas superficiales incompetentes adquieren la típica, dilatada y
tortuosa apariencia de varicosidades, que en su evolución patológica va
dilatando las venas que le llegan y luego indirectamente, las venas de menor
calibre.
Cuando están alteradas las venas de la
circulación profunda y del sistema perforante, la patología venosa – valvular –
hipertensiva, repercute en última instancia en los capilares alterando la
microcirculación venosa – linfática – arterial y los tejidos. La estasis venosa
se transforma en patología hística – vascular. La filtración – reabsorción está
alterada, la nutrición y la respiración celular es deficiente, se produce edema y
sufrimiento celular. Se vuelcan al espacio hístico tóxinas que agravan el cuadro
y proteínas de alto peso molecular, que aumentan el edema. Se produce
vasoconstricción de las arteriolas regionales, y la apertura de los shunts
arteriovenosos, lo que sustrae sangre del lecho capilar, agravando aún más el
daño celular.
La sustancia fundamental del tejido conjuntivo, las
células grasas y los vasos arterio – veno - linfáticos, son poco a poco
destruidos y remplazados por tejido conjuntivo (zonas duras, atróficas), esto
se manifiesta histológicamente con necrosis en el tejido graso. Las células van
disminuyendo en número remplazadas por reacción fibrosa.
Cuando se instala el cuadro de insuficiencia venosa
crónica, es decir, cuando la bomba musculoarticular se torna insuficiente, se
instala un síndrome caracterizado por:
- Edema
- Corona flebectásica
- Varicosis
- Varículas y telangiectasias
- Hipodermitis indurativa
- Dermatoesclerosis
- Hipo e hiperpigmentación
- Atrofia blanca
- Ulcera venosa
...Continuamos el Próximo Viernes...
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